Leishmaniosis y el cambio climático

Ha llegado el calor ¡y vaya cómo lo ha hecho!
Ya sabéis que Blondi y yo no lo pasamos muy bien en esta época del año. Solo
podemos salir a primera y ultimísima hora del día, no hacemos casi ejercicio y vamos
todo el día en busca del chorro del aire acondicionado.


Pero esto no es todo, porque si al calor le sumamos mi miedo por el flebótomo, podría
decir que el verano es, sin duda, la época del año que menos me gusta.


Y es que, ¿sabéis que el cambio climático propicia aún más la influencia de
enfermedades como la leishmaniosis?


Imagino que habréis oído hablar de ella puesto que el veterinario normalmente da
indicaciones para evitar la picadura de este parásito mediante un collar. No obstante,
os hago un mini resumen: se trata de una enfermedad parasitaria causada por un
flebotomo (un insecto parecido a un mosquito) que puede llegar a ser
mortal para nuestros peludos.


El problema es que, además, España es uno de los lugares donde cada año va
aumentando la actividad de estos “bichitos” por el ascenso de las temperaturas.
Este parásito de tamaño muy pequeño es capaz de transmitir la enfermedad después
de haber picado a un perro contagiado de la enfermedad. Y por desgracia, he conocido
a un par de amigos perrunos que fueron infectados y, en algunos, casos ha sido muy
grave.


Así que mis recomendaciones son:
– Proteger a vuestro perro con un collar antiparasitario.
– Evitar zonas donde haya agua estancada y haga mucho calor.
– No dejar dormir al perro fuera de casa ya que son más activos durante el
atardecer y el anochecer.
– Utilizar mosquiteras en casa.
– Realizar una vez al año, la prueba diagnóstica de la leishmaniosis.
– Estar muy atentos ante cualquier síntoma como pérdida de peso, falta de pelo
alrededor de los ojos o la nariz o cualquier cambio de ánimo de vuestro perro.

Es muy importante tener en cuenta que la leishmaniosis afecta durante todo el año y
no solo de mayo a septiembre como se creía hasta hace poco. La temperatura media
en nuestro país ha aumentado un 0,3% cada década desde los años 60. Así que
imaginad la actividad en constante aumento que tienen los flebotomos.

Así que ahora que ya habéis leído nuestro odio por el verano, ¡contadnos! ¿os gusta
esta temporada del año? ¿cómo protegéis a vuestro perro de la leishmaniosis?

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