Lo sé, últimamente no escribo mucho en el blog pero como sabéis, hemos estado un tiempo de viaje y viviendo algunas aventuras por lo que ahora que ya estamos en casa espero ir recuperando el ritmo normal de publicaciones para contaros más cositas.
Hoy no podía hacer otro post que no fuera el de las espigas y es que desde hace ya unas dos semanas ¡estoy luchando contra ellas! Vivimos en una zona a las afueras de Madrid muy propensa a salir este tipo de plantas de forma natural pero eso no es todo porque para colmo, como a Blondi le gusta más el campo que «a un tonto un lápiz» todas las tardes salimos por estas zonas que están plagadas de campos enteros de trigales.
Ésta es la situación en la que se encuentra el campo ahora: muy seco y yo creo que apunto de que los tractores se empiecen a llevar ese trigo; en cambio, como véis en la foto de aquí abajo (hecha hace algo más de un mes) estaba todo verdecito y todavía sin haber salido esa puntiaguda espiga parecida a un anzuelo.
En estos momentos todo es alegría para mí y para ella porque corre entre medias, se esconde, hace la croqueta y sale de ahí como si nada, el problema lo tenemos ahora porque ella se quiere seguir metiendo como siempre pero no se da cuenta de lo peligroso que es.
Estos anzuelillos como yo los llamo tienen muy mala leche porque son capaces de que se les metan en cualquier parte de su cuerpo. Sin ir más lejos, a Blondi le saqué una de pequeña de dentro del ojo ¡menos mal que le ví la puntita a tiempo y le abrí un poco la cuenca del párpado y se la saqué! Sin embargo, no siempre ha tenido tanta suerte porque uno de los mayores sustos que me ha dado desde que ella está conmigo fué a consecuencia de una espiga, por eso les tengo tanto odio.
Fué el año pasado cuando de repente le ví en el costado como una pelota por debajo de la piel que tendría el tamaño de un huevo ¡no exagero! y como soy un poco histérica mi cabeza ya empezó a pensar de todo y más cuando me metí en Internet y ví que incluso podía ser un tumor. Bueno no os quiero contar la noche que pasé hasta que a la mañana siguiente fuimos a primera hora al veterinario y la culpa de este mal rato la tenía una espiga que se le había clavado y se le había quedado dentro produciéndole una fuerte infección. Con un pinchazo y antibiótico durante una semana se le pasó todo.
Lo peor de todo es que esta temporada vuelve cada año y son tan «puñeteras» que se meten en nuestros peludos en menos de lo que canta un gallo porque tan sólo hace falta que jueguen cerca de ellas, que salten encima o que incluso el viento traiga una para que se les claven.
Así que si véis que vuestro perro por ejemplo se rasca mucho la nariz, estornuda muy a menudo, echan muchos mocos o incluso sangre, ¡puede que tenga una espiga dentro de la nariz! Lo mismo sucede si vemos que se rasca mucho la oreja o que se sacude con mucha frecuencia porque entonces puede que haya aterrizado en su oído. Y así con cualquier otra parte del cuerpo porque como os digo son pequeñas lanzas que se meten por cuialquier sitio.
¿Qué hago yo para evitar estos problemas?
- Lo primero de todo evitar que corra o juegue por los campos de espigas y llevarme una pelota para que no vea la tentación de ir por estas zonas.
- Hacerle después de cada paseo un examen exhaustivo por todo el cuerpo para ver si tiene alguna clavada, sobre todo entre los deditos de los pies que casi siempre suelo sacarle alguna. Mientras yo hago de médica ella se espanzurra para que le de este masaje que tanto le gusta (vive muy bien la tía).
- Si le véis una espiga dentro de la nariz por ejemplo ¡no intentéis quitársela vosotros porque es una zona muy delicada y mejor que le vea el veterinario!
- Ante cualquier picor más frecuente de lo normal, si veis que vuestro peludo está algo más nervioso o molesto con alguna zona de su cuerpo, revisarle bien y no lo dejéis pasar porque puede convertirse en una infección grave.
- Por supuesto, no dejéis que coman espigas, algo que algunos perros hacen porque tienen buena boca.
Así que si queréis podéis dejar en los comentarios vuestra experiencia con las espigas en vuestros perros ¡y a tener mucho cuidado hasta que se vayan!
Buena información y aviso para los amigos perrunos. Por suerte yo no tengo riesgo de que se me claven, pues mi piel es bastante dura, además… antes que se claven… me las como! 😀
¡Que suerte! Tú sí que sabes Roque 😉
Ayer mismo le saque una incrustada en el hueco de la muela de mi cachorro. De chiripa, porque me dio por ver su dentadura y ahi estaba. Pura suerte haberme dado cuenta.
Bueno al menos la viste a tiempo. Es que se les meten por todos lados así que hiciste muy bien en revisarle 🤗