El día que me convertí en rescatadora acuática

Hoy vengo a contaros una de las anécdotas más divertidas que me han pasado con Blondi.

Os cuento, todo comenzó una noche de verano cuando quedé con los mejores amigos de Blondi y sus respectivas mamás perrunas para ir a cenar y dar una vuelta. Para ello elegimos un lugar en el que admiten animales en su restaurante (La Suite del Lago en Pinto) y que está dentro de un parque público por lo que es perfecto para nosotras ya que solemos dejarlos sueltos tanto antes de ir a cenar como después.

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