Agility: el método para entrenar con tu perro

Siempre lo he dicho, uno de los mejores métodos para prevenir problemas de comportamiento y estimular la inteligencia de cualquier perro, es practicar agility.

Así que si aún es joven o tiene mucha energía, no te pierdas este post.

¿En qué consiste el entrenamiento Agility?

Pues bien, se trata de una modalidad deportiva en la que tu perro debe seguir un circuito con obstáculos (como vallas o túneles) pasando de la forma más limpia posible en el menor tiempo posible.

Sin embargo, una de las características que más me gustan es que a la vez que nuestro perro practica ejercicio físico y mental ¡pasamos tiempo de calidad con ellos! Así que ten por seguro que mejorará vuestro vínculo.

Está demostrado que practicar agility ayuda a resolver problemas de comportamiento, y para perros como Blondi, con mucha inseguridad, es una terapia que le sirve para estar más relajada en su día a día con mucha menos reactividad hacia otros perros.

Ahora bien, seguro que te estás preguntando ¿mi perro puede practicar agility?

La respuesta es SÍ. No hace falta tener un border collie o un perro con características físicas perfectas, sino que lo importante es que forméis un buen equipo para ir superando los obstáculos, adaptados siempre a su tamaño y nivel de agilidad. No obstante, siempre hay que tener en cuenta la edad y el tamaño. Se suele recomendar empezar con este tipo de entrenamiento a partir del primer año de edad, cuando ya está físicamente más formado y conoce las órdenes básicas.

En cualquiera de los casos, hay que buscar siempre un buen entrenador con el que podáis dar vuestros primeros pasos de forma segura. David, además de educador y adiestrador canino en positivo es competidor de agility. Él respeta todas las etapas de tu perro, cuenta con un método de educación canina muy bueno y os enseñará a:

  • Disfrutar juntos mediante el reforzamiento en positivo. Las caricias y los premios son los factores con el que tu perro se sentirá más motivado y comenzará a entrenar su cuerpo y su mente.
  • Tener paciencia: muchas veces somos nosotros (los humanos) los que necesitamos que nos enseñen a pisar el freno y respetar los tiempos de aprendizaje de nuestro perro. Es importante identificar si nuestro perro se siente frustrado, si está disfrutando del entrenamiento… para lo cual nos tendremos que armar de paciencia y facilitarle al máximo el trabajo.
  • Elegir los obstáculos más adecuados para nuestro perro, tanto por tamaño como por edad. Por ejemplo, no pueden ser fijos, sino que deben poder tirarse al mínimo roce para que nuestro perro no se lesione.

Y ya si quieres practicar agility de forma más profesional, existen competiciones con determinados recorridos, tiempos y reglas que podéis practicar y ¿por qué no ir a competir juntos?

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