Con la llegada del frío las articulaciones son las que más sufren y si encima tenemos perros de edades avanzadas o con sobrepeso, ésta época puede convertirse en una pesadilla para ellos.
Y es que las articulaciones son las uniones entre los huesos del cuerpo y debido a su movilidad amortiguan los impactos que se generan cuando hacen cualquier movimiento y teniendo en cuenta que si corren como gacelas y son juguetones, éstas sufren más.
Cuando son perros jóvenes, estos cartílagos son más flexibles y gruesos pero con el paso del tiempo va empeorando y perdiendo sus características, y si encima le sumamos un posible sobrepeso, desemboca en artrosis.
Seguramente os daréis cuenta cómo a lo largo del blog os hablo mucho sobre el peso de los perros porque es realmente importante. Existe la tendencia de querer verles un poco gorditos como símbolo de que están bien cuidados pero recordar que ellos no suelen tener fin con la comida y que a la larga estamos empeorando su salud.
Sí, lo sé, es difícil resistirse a esa carita de pena cuando estás comiendo y no darle un poquito.
Teniendo en cuenta también que cada perro es diferente, no existe un peso estándar según cada raza de perro sino que somos nosotros los que tenemos que ver si nuestro perro está activo, si le cuesta correr o levantarse y sobre todo que se le marca su silueta vista desde arriba.
Lamentablemente ellos sienten dolor y su vida se ve condicionada ya que tienden a encorvarse, se mueven menos, caminan más rígidos y por lo tanto su vida social disminuye porque no quieren jugar o incluso en ocasiones tienen hasta menos ganas de comer.
Además al tratarse de una enfermedad de carácter crónico, sus soluciones se centran básicamente en reducir su dolor por lo que los expertos suelen recomendar aplicar calor a las zonas afectadas, evitar que duerman en el suelo directo (mejor sobre una mantita o colchón) masajear las zonas que les duelen, evitar ejercicio bruscos y los saltos, acudir a sesiones de fisioterapia y utilizar condoprotectores.
Blondi tiene casi dos años y no sobrepasa los 31 kilos de peso, sin embargo, al ser un pastor alemán y contar con las patas traseras más cortas, nos recomendaron comenzar a darle estas pastillas desde que tenía apenas 6 meses. La verdad es que me informé sobre el tema porque no soy partidaria de la medicación a no ser que sea estrictamente necesario, así que opté por ir dándoselas durante 2 o 3 meses cada año.
¿Qué opináis vosotros?